Blogia
sexos y fobias

Atiborrados

Hay que ver cómo consumimos, y no me refiero a los artículos habituales, que también , sino que hemos trasladado nuestra voracidad a aspectos de nuestra vida que en teoría tedrían que ser más sosegados, no es por nada, sino para reflexionar, disfrutar, y no atragantarnos, que es en realidad lo que nos está pasando.

Yo no sé a vosotros, pero yo ando agobiada cuando no me da tiempo de ver todas las películas que me recomiendan, ni doy abasto con las exposiciones pendientes. Los libros se me amontonan esperando momentos disponibles para poder ser leídos. Las revistas y periódicos se tienen que conformar con ser hojeados en el baño y rapidito, que una tiene prisa y la función propia ya ha finalizado. Hemos de llevar agenda para ir anotando restaurantes y vinos nuevos que tenemos que probar si queremos ser alguien, porque siempre existe el que está a la última y te pregunta ¿Has estado en el restaurante de Pichichi? –Pues no, respondes con cara que empieza a ser de gilipollas. ¿Y conoces el vino de la Bodega Patatín?-Pues no.- No sabes lo que te pierdes, y ya se te ha colocado la cara de gilipollas integral. Lo mismo ocurre con teatros y conciertos, el que te has perdido es el mejor, sin lugar a dudas.

Y ya lo último de lo último en consumo son las relaciones en internet. Es un inmenso catálogo dónde eliges y te eligen a un promedio de 30 contactos a la semana y dónde desechas a la misma velocidad:Que tiene la ceja mal depilada en la foto; ni contestas, que se ha escapado alguna falta de ortografía; muy guapo tiene que ser para pasarla por alto, que tarda en contestar 2 días; al tercero ya pasó, ni te acuerdas. Y cuando llegas a una cita, vas, no con lupa, sino con telescopio astrofísico y al más mínimo fallo: clic. clic, siguieeeeente

0 comentarios