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sexos y fobias

El mando a distancia

El otro órgano masculino, prolongación de su virilidad, es intocable en su presencia, inasible: El mando a distancia; lo vemos pero no lo tocamos. ¿Qué tendrá el mando a distancia que no tenga por ejemplo una lavadora?.

Y puestos a pensar, una lavadora podría ser más interesante para el subconsciente masculino: Está provista de un gran ojo de buey a través del cual se penetra en una cavidad oscura y amplia, que en el momento álgido de su actividad ,vibra y emite sonidos estentóreos. Y además no necesita preámbulos; directamente le echas los polvos y a funcionar. Además te saca los pantalones limpios . A veces funciona en frío y otras en caliente ¿Qué más se le puede pedir?. Pues la lavadora, ni mirarla oye. Ellos no saben manejarla, claro que a nosotras tampoco saben manejarnos, en la mayoría de los casos , al menos

Hablando de manejar, y en descargo de los hombres, yo comprendo que les resulte mucho más fácil el mando a distancia que nosotras. Allí está todo claro y el resultado es inmediato: Sonido alto, sonido bajo o directamente sin sonido . Para ellos, ya podemos hablar con sonido alto o bajo, les es indiferente; directamente no nos escuchan.

Además pueden cambiar de...... canal con sólo mover un dedo, sin tener que dar ningún tipo de explicaciones ni tener compromiso con ninguna.......cadena. Saltar de una a otra sin detenerse a ver exactamente de qué va........el programa. Y eso es todo, no hay nada más que entender, ni pensar, ni hilar. De ahí el éxito fulminante, inmediato que tuvo, tiene el mando a distancia. ¿Será también que el aparato en cuestión contiene la palabra mando removiéndoles en sus instintos recuerdos de un paraíso perdido?.

¿Perdido? ¿No será que mientras nosotras continuamos en la cocina, decidiendo lo que poner de comer al día siguiente, decidiendo la compra que hay que hacer, decidiendo la ropa que los niños llevarán al colegio al dia siguiente; ellos sentados en el sofá deciden el programa o la película que esta noche veremos en la tele?. Después de todo es lo único que pueden decidir.

2 comentarios

Nicolás -

Varias cosas me han fascinado siempre del mando a distancia, que contribuyen a tu idea del mismo como prolongación del pene:
- cómo se agarra: con lo sencillo que sería mover un dedo y darle al botón, que funciona igual, pues no, se agarra con toda la mano, como si fuera...
- su forma alargada: lo mismo. El mando podría ser cuadrado, redondo o triangula, y funcionaría igual...pero cada vez los hacen más alargados
- el que al usarlo no sólo lo cogemos con toda la mano, sino que además alargamos nuestro brazo en toda su extensión hacia la tele, como una enorme prolongación de nuestro pene. Sucede lo mismo que en los casos anteriores, podríamos apuntar al techo, al sofá o a uno mismo, y funcionaría igual, ni siquiera hay que apuntar, se deja tirado en el sofá y se pulsa el botón, pero no, tenemos que extender todo nuestro brazo... nuestro poder...

Anónimo -

Podríase alegar horas al respecto, pero veo que tu intelecto (superior) dio frutos al final.
Besos y abrazos