Vaginas abandonadas
Algunas mujeres somos muy escandalosas; lloramos y gritamos hasta el desmayo en los entierros, en casa, cuando nos sacan de nuestras casillas (ellos y los niños generalmente) chillamos hasta desgañitarnos, en reuniones, y para hacer valer nuestra opinión, levantamos la voz por encima de la media, pero en realidad cuando montamos el número es cuando el marido nos deja y pasamos de ser mujeres a ser simplemente vaginas abandonadas, cargadas de rencor, reproches, sacando a la luz cuentas pendientes de otras épocas ya olvidadas para ellos y nos lanzamos a su yugular empleando argucias, astucias, calumnias y los hijos, si es preciso, con tal de verles hundidos.
Estas muñecas de cartón encerado, con la vanidad herida, ya podrían emplear las energías en buscarse nuevas alegrías a sus partes bajas, que de sus bajezas ya están los juzgados saturados, y es que han descubierto las ventajas que obtienen con las falsas denuncias por malos tratos, olvidándose del perjuicio que, además, ocasionan a los hijos y a las auténticas amenazadas y maltratadas.
Y es que algunas mujeres, sólo algunas, me escandalizan bastante
Estas muñecas de cartón encerado, con la vanidad herida, ya podrían emplear las energías en buscarse nuevas alegrías a sus partes bajas, que de sus bajezas ya están los juzgados saturados, y es que han descubierto las ventajas que obtienen con las falsas denuncias por malos tratos, olvidándose del perjuicio que, además, ocasionan a los hijos y a las auténticas amenazadas y maltratadas.
Y es que algunas mujeres, sólo algunas, me escandalizan bastante
1 comentario
Anónimo -
1.- A la rodilla, pa'inmovilizar
2.- A la cintura, pa'inhabilitar
3.- Al cuello, pa´cabar