Navidades chinas
Ya descubrí el año pasado que en las tiendas de todo a 100 de los chinos las figuritas del portal son mucho más bonitas y baratas que en la Plaza Mayor y que en cualquier otro sitio. Pero ha sido este año cuando me ha alarmado la invasión china, pues las figuritas traen rasgos orientales, orientales y no de Medio Oriente como cabría esperar. Aunque no podemos ponernos exquisitos, ya que nuestros niños jesús parecen daneses y las figuras personajes del barroco. Además, a partir de ahora, y gracias a nuestros alcaldes masquemodernos, las figuras de los belenes oficiales van de ejecutivos de agresividad estática, de butaneros sin plan con la vecina del 5º, y del cuerpo de protección civil, por eso de las nevadas de invierno, para que no digan que no están donde hace falta o que no llegan a tiempo . Así que los habitantes de belenes dentro de nada, tendrán además restaurantes chinos, talleres clandestinos,y tiendas de las que no cierran nunca, con lo cual tendremos que dejar en el belén una lucecita encendida toda la noche.
Lo que si hemos descubierto todos, son los estupendos regalos made in china que inundan nuestros comercios y mercadillos. Total, nos ahorramos un dinero , quedamos como Dios, por eso de que los Reyes vienen de Oriente, y por una vez, no traicionamos la tradición.
Ya podríamos ir pensando en sustituir los árboles por pagodas, que además de ecológicas, quedan muy propias llenas de farolillos colgantes de colores.
Para tener unas auténticas navidades chinas tendríamos que cambiar el menú; y así el pavo sería laqueado, los langostinos de Sanlúcar con salsa de soja, el pollo en chop suey, y como la repostería china no es estelar, nos bastaría con regar nuestros turrones con sake. Total si de todas maneras acabaremos como budas.
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Desconcierto -