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sexos y fobias

Distraidos al volante

Dicen que el fumar en los coches distrae y es causa de accidentes. Dicen que por ahora sólo harán campaña para recomendar una conducción sin tabaco; después, ya veremos, y lo que veremos es a la Guardia Civil parando coches y oliéndonos el aliento. En caso de que nuestro hálito arroje a la autoridad aromas de tabaco, multa al canto.


Para entonces ya no beberemos, no fumaremos, no hablaremos por el móvil y, ¿cuándo nos prohibirán hablar con el cónyuge?. Para mí, no sólo es causa de distracción, sino hasta de crispación. ¿Hay algo más peligroso que una persona alterada al volante?. Yo abogo porque también prohiban hablar con el copiloto y por supuesto tampoco podrán hablar los pasajeros entre ellos ya que no hay nada más frustrante que escuchar conversaciones y no poder intervenir.


¿Y quién dice que escuchar la radio no distrae, altera e indigna? Dependerá del programa, claro, pues no es lo mismo ser de Extremadura e ir por la autopista a la altura de Navalmoral de la Mata camino del pueblo para pasar unas vacaciones, con las de kilómetros que ya se lleva en el cuerpo desde San Sebastián o desde Sabadell, y escuchar al señor Rovira o al señor Ibarretxe decir que los que no sean nacionalistas serán tratados como ciudadanos de segunda en ambas ”naciones”, con la de años que llevas currando en ellas. Y si vas escuchando música romántica y te acuerdas de lo que no debes, no sólo es que te distraes, sino que te transportas, mientras el coche solo sigue su rumbo a 140 Km/h. Luego, lo más práctico, es que los coches vengan con un aparato que únicamente reproduzca música ambiente, de esas que ponen en salas de espera y que nadie escucha, pero acompaña.


Y los niños, ¿Qué hacemos con los niños?¿Los drogamos? ¿Quién no ha estado a punto de matarse mientras las criaturitas, detrás, no paraban de chillar y pelearse? ¿A quién no se le ha ocurrido asesinar a las fieras de los niños después de 3 horas de gritos y broncas dentro de un coche?. El letrero ¡Cuidado Bebé a bordo! debería decir ¡Cuidado, carga peligrosa a bordo! y ya, los demás conductores cuidaríamos con una prudente distancia al vehículo conducido por un, ya, energúmeno fuera de sí.


Ante tantas causas de distracción, por supuesto no mencionadas todas aquí, la Dirección General de Tráfico nos acabará obligando a ir en tren, las carreteras sufrirán poco deterioro, no habrá que construir nuevas vías y el índice de accidentes se habrá reducido exclusivamente a unos cuantos camioneros que pasarán a engrosar las listas de accidentes laborales

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