Mi primera Cerdanya
Hay una imagen de la que no me ha hecho falta tomar ninguna foto, tan clavada la tengo. Cada mañana bajando de La Molina, al acercarnos a Puigcerdá para, desde allí, emprender camino a cualquier parte, ahí estaba, delante, cual dama madura sosegada, aposentada en una ancha loma, levemente iluminada por un sol sin aristas, suavemente velada por un ligera bruma , protegida sus espaldas por un Pirineo gastado y alfombrada en derredor por campos dorados y verdes; llanuras onduladas como un mar apacible. Si entrabas en ella, se repetía por sus calles la misma suavidad y dulzura, acompañándote el olor de una coca humeante de chocolate desbordado. Qué tentación de meter el dedo y chuparlo mientras levantas los ojos para contemplar la torre de la plaza.
Y el sonido del agua de lagos, torrenteras, rios, cascadas por aquí y por allá que te va acompañando en todo el deambular por la comarca . Hasta que arriba de la montaña de Maranges encuentras el Malniu, lago frio que corona el monte, y es allí donde, por primera vez en tu vida, decides bañarte desnuda a pesar de ojos lejanos, para envolverte así de la madre de todas las aguas que has ido deseando.
Y ya ,para entonces, los pueblos no son damas sino piedras vivas que han emergido de su montaña y ves pueblos encaramados como cabras de colores pardo, de colores rojo hierro, de colores negro . Pueblos de difícil acceso, heroicos de habitar, sólo bellísimos para contemplar de lejos. Pirineo suave, Pirineo angosto, Pirineo sobrecogedor, Pirineo abierto hasta las cachas mostrándose desvergonzado y obsceno en sus profundidades verdes y húmedas.
Y siempre volviendo al bálsamo de la llanura y contemplar el Pirineo cercano y ese velo permanente que todo lo suaviza, incluso el ánimo. Si el seny catalán tuviera una imagen, ésta sería La Cerdanya cada mañana
Y el sonido del agua de lagos, torrenteras, rios, cascadas por aquí y por allá que te va acompañando en todo el deambular por la comarca . Hasta que arriba de la montaña de Maranges encuentras el Malniu, lago frio que corona el monte, y es allí donde, por primera vez en tu vida, decides bañarte desnuda a pesar de ojos lejanos, para envolverte así de la madre de todas las aguas que has ido deseando.
Y ya ,para entonces, los pueblos no son damas sino piedras vivas que han emergido de su montaña y ves pueblos encaramados como cabras de colores pardo, de colores rojo hierro, de colores negro . Pueblos de difícil acceso, heroicos de habitar, sólo bellísimos para contemplar de lejos. Pirineo suave, Pirineo angosto, Pirineo sobrecogedor, Pirineo abierto hasta las cachas mostrándose desvergonzado y obsceno en sus profundidades verdes y húmedas.
Y siempre volviendo al bálsamo de la llanura y contemplar el Pirineo cercano y ese velo permanente que todo lo suaviza, incluso el ánimo. Si el seny catalán tuviera una imagen, ésta sería La Cerdanya cada mañana
1 comentario
Nicolás -