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sexos y fobias

Cosas que nunca fallan

A mí, si estoy tristona, nunca me falla para levantarme el ánimo el contemplar las plantas. Por muchas lágrimas que lleve dentro siempre me sale una sonrisa, aunque sea, ante una maceta




No falla, cada vez que limpio el coche , al día siguiente un chaparrón de barro.Y cada año por Navidad el deseo de que me toque el Gordo, de la lotería, claro




Eso, nosotras venga gimnasio y crema reafirmantes, pero tarde o temprano las carnes siempre son fieles a la ley de la gravedad y a los estrógenos y caen inexorablemente. De ti depende únicamente que caigan en caída libre y desparramada o de manera contenida y armoniosa. Pero caer lo que se dice caer siempre caen.




Tengo un amigo al que nunca le ha fallado el cerdo. La verdad es que del cerdo hasta los andares. Dice que le ha proporcionado más momentos de placer y felicidad que las mujeres. Yo deduzco, que o ninguna ha sido una cerda, lo cual hubiera sido garantía de felicidad a su rara personalidad, o el cerdo ha sido él. En fin, qui lo sa.






Hablando de animales. El que nunca falla y siempre está ahí para recordarte que aún vas por carreteras españolas, es el Toro de Osborne




Nunca fallan los datos de participación en las manifestaciones y de seguimiento en huelgas: los oficiales son la mitad de los organizadores. Tampoco fallan los resultados después de una elecciones: todos han ganado, otra cosa es que después gobiernen quienes menos votos han sacado.





Siempre aparecen, pero siempre, el erupto después del cava, los gases después de una fabada en condiciones y la subida de audiencia cuando en la tele se habla de sexo y salen tías buenas disfrazadas de lo mismo. Todo, escatología en estado puro






También mi cara de idiota cuando alguien menor de 18 años me envía un mensaje al móvil lleno de jeroglíficos ininteligibles. La cara de idiota se transforma en cara de ternura cuando el autor del galimatías tiene más de 30.




No hay manera de deshacerse de la obligación primaveral de la compra ingente de bolsas antipolillas




Nosotras no fallamos nunca: ante un nuevo amante siempre nos cae un nuevo conjunto de bragas y sostén y una exhaustiva depilación.




Pero lo que nunca falla, son dos frases masculinas: la de antes de, cuando no quiere ponerse el preservativos ni a tiros y dice: confía en mí, y la de después de haberlo intentado reiteradamente sin haberlo conseguido: créeme es la primera vez que me pasa.


3 comentarios

Nicolás -

¿Continuarás escribiendo en este "blog"?
A mí me gustaría...

Nicolás -

Oye, qué suerte, espero que lo del nuevo amante sea cierto...
Lo de la depilación no me lo quiero ni imaginar, tiene que ser horrible...

Desconcierto -

Tampoco falla el cosquilleo, el insomnio, mucha alegría y cuando no es la (el) último (a), lágrimas y luto...
perdón, es que ando con el ánimo azul...