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sexos y fobias

Ellos, pues anda que nosotras

¿POR QUÉ ABORTAMOS?

Me pilla demasiado cerca como para creer que el aborto es solamente un recurso doloroso, imperioso y de última instancia ante alguna situación extrema en nuestra vida.

 

No dudo que exista una situación económica tan difícil que el hecho de tener que criar a un nuevo hijo perturbe sicológicamente. No dudo que ante una violación la reacción lógica sea arrancarse cualquier consecuencia que  lo recuerde de por vida. Tampoco dudo que nadie quiera cargar con un niño que viene con malformaciones, con lo que supone de sacrificio, de entrega de  tiempo y gasto económico.
 

Pero mi experiencia  es otra. La causa fué que no se sabía si el embrión era del amante o del marido y como el marido sospechaba la existencia del amante podría haber pedido la prueba de paternidad y entonces se hubiera acabado el estatus económico y la estabilidad familiar para los otros dos hijos ya existentes. La causa fué que económicamente se tenían que reducir algunos lujos como por ejemplo un viaje de un mes en velero por el Mediterráneo. La causa fue una oferta de trabajo suculenta que costaba rechazar, la otra opción no era quedarse en el paro. No conozco más causas, de éstas  he sido testigo y apoyo moral en su momento. ¿Puedo decir que me arrepiento de ello?. He reflexionado el por qué de mi apoyo y concluyo que yo entendía y entiendo el deseo de borrar, eliminar, como si no hubiera existido ese embrión que me va a perturbar la vida. Yo, entonces, hubiera hecho lo mismo. Es demasiado fácil quitarte el “problema” 

 

Y esto es a lo que las feministas y colectivos abortistas dicen que las mujeres tenemos derecho, para ello niegan el estatus de ser humano al embrión, otorgan el derecho a la mujer a matar a un feto de meses cual excrecencia del cuerpo que estorba porque para ellos es solamente carne sin vida fuera de la mujer que lo sustenta y por lo tanto puede acabar en los contenedores de basura de las clínicas- no voy a decir abortistas- dónde se interrumpe la vida de futuros hombres o mujeres. Eso sí, porque la madre lo decide.

Igual que miles de madres deciden en la India o en China eliminar a los fetos hembras; en China incluso bebés hembra, pero eso es otro tema. Pero nos escandalizamos ante esta discriminación y no ante nuestros abortos indiscriminados. Nos escandalizamos cuando se intenta saber el número de abortos y en qué circunstancias si legales o ilegales se han producido porque es un ataque a la intimidad de la mujer  pero no nos inmutamos a la hora de quitar  la vida a un ser humano en su etapa más indefensa. Nos escandalizamos cuando expedientes hospitalarios acaban en contenedores de basura y vemos como aceptable fetos humanos en los mismos contenedores.

 

Abortando la mujer se quita el problema real de una manera rápida y con un coste económico aceptable. ¿Podrá  la sociedad soportar, dado los adelantos técnicos, vivir con el hecho de que la mujer pueda decidir sobre la vida de millones de seres humanos indefensos que acaban en basureros?..  Lástima que estos residuos no contaminen, son orgánicos, si no, otro gallo cantaría y se crearían plataformas como Nunca Mais o Nuclear,no.

 

 Porque son seres humanos, esto es lo que se les niega a esos embriones para que la conciencia pueda soportarlo. Al igual que no se duda que un huevo de Aguila Real sea un Aguila Real y por lo tanto esté protegido, al igual que un aguilucho sea un Aguila Real aunque no vuele, el embrión y el feto de ser humano es un hombre o una mujer aunque no esté protegido porque, lástima, no estamos en peligro de extinción  y existe un colectivo ista que defiende el egoísmo exterminador de las mujeres. ¡Ojo! excluyo de esta calificación a la mujer que se encuentra en alguno de los tres supuestos legales que ya contempla la ley. Para ellas, toda mi comprensión y ayuda.

 

Estamos tirando la última decencia que nos quedaba, la vida es sagrada, a las alcantarillas. ¿Hemos pensado con qué nos quedaremos aquí arriba en la superficie?.

Mejor no pensarlo. Total, mañana ya tengo hora en una clínica para inyectarme unos botox

Mujeres Dove

Ahora se acuerdan que las mujeres normales también somos atractivas y sensuales y gozonas y una auténtica gozada para ellos y por lo tanto nos hacen protagonistas de publicidad de productos de belleza. Y nosotras seguimos sin creernos hermosas, atractivas y capaces de volver loco a un tío simplemente meneando con ganas nuestras estupendas caderas al andar.




Pues ahí tenéis en la columna “culos y playa” dos comentarios de dos varones, bien clarito el del autor del blog mirando al desierto al que os recomiendo que visitéis, que son dos auténticos quita complejos.




Yo no soy perfecta, ni falta que me hace, además me gusta la buena mesa y la disfruto tanto como una buena cama, luego hay que compensar con días de lechuga y mucho ejercicio, pero aún así, imposible conseguir medidas de modelo escuálida. Servidora tiene de dónde ser agarrada, y además tengo una carnes que se derriten entre las manos de un hombre feliz de tenerme entre sus brazos. Y como previamente he disfrutado de buenos alimentos y mejores caldos, la risa no se me escapa de la cara ante tanto placer y tantas gracias que me regala la vida.




Luego, cuando voy a comprarme ropa resulta que no quepo en una 38 ¿Y qué? ¿Os habéis fijado lo mierda que es esa talla? Yo no la tuve ni con 15 años, menuda mujerona era ya entonces y os aseguro que nunca me ha faltado hombre al que hacer feliz ni hombre que no me haya dado grandes satisfacciones. Lo de hacerme feliz es para otra columna y nada tiene que ver con el 90-60-90.




Lo sexy no está en ser un manojo de huesos, tampoco en un saco de patatas, no nos engañemos, sino en como dicen nuestros amigos, en saberle dar alegría al cuerpo, moverlo con gracia y sensualidad. Tira complejos a la basura junto con las dietas draconianas, acércate a tu chico como una venus eufórica dispuesta a entregar tus carnes como lo que son: cuerpo de hembra alegre cargado de deseo y no soporte de medidas imposibles. Y ríe, ríe porque a tu lado hay un ser que quiere reír contigo, gozar contigo y amarte a ti y no le endoses la barrila de si estoy más gorda, tengo piel de naranja, me han salido michelines, que puede resultar que ante tanta letanía se vaya con otra que sí tenga barriga, michelines y un buen culo pero que le cante aleluyas todos los dias


Cuando no se van de casa

En realidad el que está harto de que el hijo no se vaya de casa es el padre, la madre esta encantada. El padre desde que el niño cumplió los 21 empezó a verlo como un intruso que nada más sirve para seguir sacando los cuartos y darle trabajo y quitarle tiempo a la mujer que él se busco para estar atendido y cuidado como un rey.




Yo, en cambio, tan contenta de ver como nuestro hijo sigue viniendo a casa a comer porque como los guisos de mama nada, y es que si no fuera por él, no tendría el mas mínimo halago, ya que el seta que me busqué para compartir el nido come con los ojos fijos en el plato de un tirón y si le pregunto si le gusta, lanza un leve gruñido que yo después de años traduciendo sé que quiere decir sí. Además nunca se da cuenta cuando me cambio el peinado o el color de la barra de labios. De la ropa nueva se da cuenta para reprocharme el gasto, para él, siempre innecesario.




Con la hija es distinto, el está encantado de seguir siendo el único hombre en la vida de su niña, todos los demás son unos sinvergüenzas que van a divertirse con ella, como si la nena no se divirtiera a la par. Para nosotras las hijas en cuanto tienen 18 años nos gustaría verlas nada más que en el Corte Ingles, una hija es ideal para ir de compras, te mantiene al día y a la moda, pero si vive en casa es un saqueo continuo de ropa, cremas y maquillajes. Y la culpa la tengo yo por tener la misma talla que ella pero prefiero andar con candados en los roperos antes que engordar 500 gr. Y es que lo que tiene que hacer es echarse novio con piso, que la edad pasa, y el reloj biológico no perdona, y para luego es tarde.




En cambio nuestro hijo tienen que cuidarse de no caer en manos de cualquier niñata que a saber si ni siquiera sabe hacerle una tortilla. Porque yo lo he educado a hacer de todo en casa, no se crea que las mujeres somos sus criadas. Pero de ahí a que sea él el que tenga que hacerle todo a la vaga esa, anda y que la hubiera enseñado su madre a hacer las tareas caseras en lugar de meterle los preservativos en el bolso a los 16 añitos.




Y como no piensan irse de casa hasta que encuentren a la pareja ideal, como si eso existiera, mientras a probar todo el catalogo, que si yo hubiera tenido acceso a semejante despliegue de tíos, a mi me iba a echar el guante mi seta y es que esta niña no para de recordarme, que aunque de la misma talla, las curvas ya no están en el mismo sitio. Claro que el hijo le recuerda al padre lo que es follar un día si , otro no y el de en medio también, y lo que es peor, a mí cuando las veo salir por la mañana, sus caritas me recuerdan la mía hace 20 años. Y es que mi niño vale mucho

Funerales

¿Repetirá Carolina modelo negro en el funeral de su padre y en el de su marido?. Igual sí, con tanta desgracia acumulada no tendrá tiempo ni ganas de pensar qué ponerse. Dado que su guardarropa tiene que dar para pensar y mucho. Lástima porque ella siempre ha sido para mí modelo y guía de cómo vestir adecuada en cada ocasión y circunstancia.




La otra lástima, la que se oye por peluquerías y cafeterías, yo como que no la encuentro por ningún lado. Lo de quedarse huérfana completa y definitivamente sí, esa es una pena y un vacío difícil de explicar hasta que no se vive. Pero ese vacío, en su caso, pronto tendrá que ser relegado ante su sagrada misión de madre de vigilar, cuidar y aumentar la herencia paterna ya que será el futuro de los hijos. Y aquí hay mucho que vigilar, pues ya se sabe que los casinos dan mucho dinero siempre que el amo se pasee por las mesas o vigile detrás del gradulux. Además de tomar buena posición de salida en la carrera por el poder del Principado. En resumidas cuentas creo que no va a tener mucho tiempo de pensar en la pérdida paterna.




La otra pérdida, la del marido, pues depende como todo, pues ya sabemos que llevaba unos cuantos años de borracheras, plantones oficiales y familiares, broncas irrefrenables y estemporáneas de cara al exterior, las de cara al interior no tengo ni idea ni falta que me hace elucubrar, pero todos sabemos lo difícil que es follar con un borracho y lo complicado de conversar con un irascible. Lo cierto es que le deja una fortuna, además de la que le dejó Casiraghi.




Así que se quita al borracho y al pendenciero de encima, queda joven, guapa y rica.




¿La maldición de los Grimaldi?. Huérfanos nos quedamos tarde o temprano y siempre salimos adelante con o sin herencias. Yo he de confesar que con herencia saldría mejor.
La viudedad ya la quisieran para sí miles de maltratadas y amenazadas, aún sin herencia.
La viudedad ya la quisieran ellos, para no tener que dejar casa ni patrimonio ni pasar pensión, y además poder quedarse con los hijos.




A mí, la verdad, una viudedad de ese tipo y en esas circunstancias no me parece una lástima sino un sueño.

Metrosexuales, no gracias

A mi los metrosexuales para un ratito, eso si, que sea bueno, el ratito, que a él ya se le suponen sus bondades porque si encima de cuidarse tanto no lo estuviera, no quisiera imaginármelo antes de pasar por la restauradora.




Y es que se me ponen los pelos de punta solo de pensar convivir con uno. Para empezar no habría sitio en el armario del cuarto de baño para las cremas y potingues de ambos y luego vendrían las consultas.-Oye ¿y tú esta crema para que la usas, y esta otra te va bien, me la dejas probar?




Si ya los normales te ponen pegas a la hora de quedarse con el niño; que si tienen cena de amigos, que si fútbol, que si reunión sorpresa en el trabajo, un metrosexual además te dirá que tiene hora en el instituto de belleza para hacerse limpieza de cutis.




A la hora del presupuesto para depilaciones él se llevará la mayor parte porque a pelos corporales te gana y un mes apuradito de dinero la que se tendrá que hacer la cera en casa serás tú, porque a él ese sistema le duele mucho y además no sabe. Con lo cual olvídate de tus tratamientos conservacionistas que tanto necesitas para llegar estupenda a la edad madura, que el presupuesto no da para doble gasto en cremas, gimnasios, depilaciones, cabinas bronceadoras, tratamientos reafirmantes, spas y ropa interior cara, que aunque no usen sujetadores, hay que ver lo que cuestan sus calvin klein.




Ellos siempre han tenido la suerte de madurar mejor que nosotras, aparte de que los maduros nos gustan a todas, que ya tenemos que ser tontas. Ahora que teníamos una pequeña ventaja aliada en los productos de belleza, que nos acercaban a su más juvenil apariencia, ellos se suman al carro de la cosmética y comprobamos estupefactas como nuestra pareja cincuentona parece uno de treinta, a ver quien es la guapa que compite con eso, o les hacemos comidas ricas y contundentes y nos echa tripa o estamos perdidas.




La pena es que tendremos que volver al pasado y elegir a una pareja por sus ingresos, no es lo mismo un metrosexual a lo Beckam que uno que se gana los cuartos apuradamente en la oficina. Me encantan los metrosexuales, pero ricos, por favor

Detrás de una gran mujer..........

Siempre hay una inmigrante. No nos creamos que las mujeres de hoy en dia, trabajadoras de éxito, altas ejecutivas de 12 horas diarias, bien cuidadas, con vida social, madres de dos o tres hijos, con una relación de esas de calidad más que de cantidad, esposas solícitas de fin de semana, se las apañan solas con las obligaciones domésticas. Si no fuera porque detrás de cada una de ellas hay una inmigrante, llamada interna, para no decir a tiempo completo, que levanta, viste, da desayunos, lleva niños al colegio, plancha, enchufa lavadoras, pasa aspiradora, guisa, mantiene la higiene en cuartos de baño, saca a pasear al animal doméstico por excelencia; ¡Ojo! No confundir con el marido, no habría ejecutiva que valga.
Pero son ellas las que salen en los suplementos divinas y con esa imagen de eficiencia inagotable llenándoles la boca con la consabida doble jornada.




No señoras mias, la doble jornada e sla de la inmigrante que no para de sol a sol, la de la madre obrera que saca a sus hijos adelante limpiando oficinas o casas ajenas, ahorrando de dónde no hay para enviarlos a la universidad, y haciendo en horario de noche las tareas de la casa propia porque la dignidad y el decoro no hay que perderlos.Estas mujeres que para no caer en el estrés se empapan de telebasura mientras repasan la ropa porque no se pueden permitir el spa o el gimnasio.Por otra parte, ellas han trabajado toda la vida, incluso cuando no se llevaba eso de la emancipaciòn de la mujer, y la iglesia y la sociedad bienpensante gritaban a los cuatro vientos que el trabajo de la mujer fuera del hogar destruye la familia




La doble jornada, aunque con compensaciones de gimnasio municipal y algún spa urbano , es la de mujeres de clase media, que sin sueldos ni habitaciones en sus casas que les permita contratar internas, tienen que conformarse con la inmigrante asistenta, una ayuda sin lugar a dudas, pero que no las libra de no tener ni un minuto para ellas, porque los maridos de éstas ni se retiran la taza del café, pues ya sabemos que los ejecutivos no están para fijarse en esas pequeñeces con la cantidad de problemas que tienen




Son mujeres que almuerzan en las cafeterías de los trabajos o se llevan el sandwich, mientras sus maridos llenan de trajes grises los restaurantes al mediodía en comidas que pagan las empresas, que tienen coche pero para haecer mil gestiones aparte de la jornada laboral, que arañan el tiempo del metro o la noche para leer el libro que tienen entre manos, y que hacen juegos malabares para hacer unos ahorrillos que les permita huir algunos dias con alguna amiga lo más lejos posible




Las mamás y abuelas de estas mujeres no trabajaban ni en la calle ni en la casa, tenían nativas para todas las labores domésticas, salían a misa, de compras, de visita y a merendar, además eran un modelo para la sociedad de su época, aunque entonces no había suplementos para hacerles reportajes sobre la estupenda y vacía vida en la que se consumían, mientras sus maridos llenaban de trajes grises los salones de los casinos