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sexos y fobias

Amor de hombre

Amame, que sin ti la vida pasa como el humo. Con tu manera de mirar el mundo y mi manera , el mundo cobra todo su sentido.

Mírame, que nada hay que estremezca más mi cuerpo, salvo el roce de tus labios.

Abrázame, que en mi abrazo encontrarás la fuerza que a mí me sobra.

Dame tu cobijo cuando necesite esconderme del dolor.

Siente como hombre, que aunque a veces yo no entienda, no dejo de extasiarme ante lo incomprensible

No dejes de caminar que no deseo otro modo de hacer la vida que caminar a tu lado.

No desfallezcas, has hecho cosas grandes y a partir de ahora yo las haré contigo.

Contémplame en la penumbra de nuestra habitación que así me abres el alma y las entrañas destilando sueños. Acaríciame y mis piernas se irán abriendo lentamente para recibirte gozosa.

Deja que te acaricie el rostro fatigado, que mis manos se llenarán de ternura, que acaricie tu cuerpo, que mis manos se llenarán de deseo, que acaricie tu sexo, para que la ternura y el deseo nos penetre hasta el último rincón del alma. Deja que me entregue a ti desde mi libertad y vayamos juntos al paraíso, que allí el tiempo no existe.

Deja que te ame bien, que eso me lleva a amarte después de la muerte y, vive, que aunque yo me vaya antes, no habrá ni cielo ni Dios hasta que tú no llegues

Cosas pequeñas

Andas desconcentrada intentando trabajar delante del ordenador y todo el tiempo se te va en pensar en el amor y el desamor, en los encuentros y desencuentros, en el amor que se da y no viene de vuelta, en el amor que no se da y se queda desangelado y con escalofríos dentro del alma, en el amor que se recibe y no se pide o que no se pide pero se recibe, en el amor que te hace feliz como ninguna otra cosa en el mundo, en el amor que te abre un abismo ante ti, amor con nombre propio, amor con género, amor con sexo, amor con minúscula , amor con mayúscula. Y por más que miras no sabes qué hacer con tanto retazo de sentimientos que este amor de todo a 100 o de tienda de lujo te deja en tus adentros.
Y cuando no sabes que más pensar se te impone implacable el bendito día a día y tienes que hacer la comida y pones el aceite y partes la cebolla(ay, esas lágrimas que bien te vienen) y la sofríes y llega esa apoteosis del olor del sofrito cuando le añades el pimiento y ahora un tomatito. Hoy además en vez de vino blanco, una copa de fino en el guiso, te va a quedar cumbre. Una mirada al cielo, hoy azul. Y otra vez el olor y a fuego lento y vuelves a mojar tus manos bajo el agua fría para que estén de nuevo listas a partir, cortar. Y limpias el pescado como acariciándolo; que te trae todo el olor y plata del mar y se lo merece. Y ya los sentidos te han reposado el alma y han puesto los sentimientos junto al pan y el vino.
Porque hay algunas cosas en la vida que por más que las pienses no van a dejar de ser lo que son: el pan es pan y el vino, vino. Y el hombre, por más vueltas que le des es hombre, y de sexo contrario y su afectividad no tiene nada que ver con la tuya. Así que mejor no poner empeño en entenderlo, sino en quererlo. Al menos mientras tú quieras querer. Y que te aproveche.

Soledades

La ventana abierta de par en par. El mar se cuela hasta el pasillo y la luz cala hasta los huesos. La ligera brisa eriza la piel y aligera el alma con sus olores. Los matorrales, siempre ahí; ahora sin sus humildes flores.. Es invierno y no hay gente en la arena ni brumas en el horizonte, sólo la línea lejana, como un cuchillo frío, separando la Tierra del Cielo.



La ventana abierta de par en par. El sol se va. Las ventanas de las torres se rompen en cientos de soles pequeñitos. La última mosca superviviente vuela despacio delante de mis ojos. Una niña, pelirroja de fuego, estudia en la ventana de enfrente. El de Delft la hubiera pintado; sólo que ahora su rostro holandés está iluminado por un flexo.
El horizonte ya está violeta encima de la ciudad y la luz en unos minutos será la eléctrica.



La ventana cerrada a cal y canto. Cada rincón de la casa me cobija como si de mi segunda piel se tratara. Podría andar a ciegas y todo seguiría en su sitio. Sólo el frigorífico se ilumina, cuando lo abro, para tentarme con sus posesiones. Mis cosas me acompañan según las voy necesitando. No me piden explicaciones. Si las tomo o las dejo siempre están dispuestas a darme el placer que les pido. Solo el silencio se me rebela a veces pidiéndome a gritos que lo rompa. Entonces le pongo la televisión para que se calme



La ventana cerrada a cal y canto. En mi mundo de 16 m2 la música me acompaña siempre. La luz del ordenador me llama pidiéndome palabras. Los libros me rodean como cálidas mantas de invierno. En el móvil van entrando mensajes: amistosos como te va, familiares corta internet y llámame, apasionados te deseo cuando quedamos. Todo es apacible, salvo cuando otra ventana se abre de par en par para traerme el mar y la luna.
Cosas de la webcam

Pollas y códigos de barras

Todo lo que hay en las casas para que la vida nos resulte más fácil y que funciona con electricidad se llama electrodoméstico, lo que no funciona con electricidad y que también nos facilita la vida se llama servicio doméstico. Lo que sucede en las casas, que no nos facilita esta vida sino el tránsito anticipado a la siguiente, se llama violencia doméstica.

A mí, el que nos maten utilizando el mismo lenguaje que para la olla exprés me da el consuelo de lo cotidiano y ya conocido. No es lo mismo que te acuchillen cual gallina para el caldo, que asesinada de una manera sofisticada, tortuosa o a dentelladas por cualquier monstruo de sabe Dios de qué planeta como en las películas. Además en las películas no sabes por qué te matan.

La violencia doméstica tiene la ventaja que sabes que te matan porque perteneces a un género distinto al dominante y además el dominador de turno tiene la delicadeza de avisarte con golpes y amenazas durante años, y toda esa tortura y degradación no cabe en una película, es de enciclopedia.

En la violencia doméstica conoces de sobra la mano del que te mata, te la ha estampado brutalmente cientos de veces con anterioridad en todo el cuerpo; llevas su marca cual producto de supermercado.

Si te viola tu padre , tío o abuelo, tiene la ventaja, para ellos, que pueden solazarse contigo hasta que se cansen y pasen a otro recipiente más nuevo, también de la familia.
El caso es que estas pollas andantes tienen que verter su líquido en el ambiente doméstico. Y así,todo se queda en casa: los golpes y el semen, pero sobretodo lo que tiene que seguir en el hogar familiar es el objeto receptor.

Ante la idea de que se les va la hembra ya amoldada, se trastornan. Con lo bien que están ellos con sus costumbres de siempre ¡ Mira que rebelarse la idiota ésta¡¡ Si su sitio está en mi casa!

Y es que ya no se respetan las tradiciones como antes

Soy una maltratada

Pues no que dicen los obispos que el aumento de la violencia doméstica es por causa de la libertad sexual. Y yo me sigo preguntando qué querrán decir.
¿Acaso que si conocí bíblicamente a otro antes que al energúmeno que finalmente me ha tocado en desgracia, éste está en su derecho de molerme a palos, por haber ejercido fuera del sacramento? .
¿O que si quiero conocer a otro que me devuelva alguna gana de vivir, está en su derecho de matarme, y de esta manera asegurarse que no me escapo? Y así se sigue cumpliendo el mandato eclesiástico de juntos hasta que la muerte nos separe
¿O es que él, ejerciendo libremente el derecho que le da su sexo, puede descargar toda su brutalidad sobre mí, que al fin y al cabo soy un sexo de segunda y origen del pecado?

Pues pensando en estas cosas y como hay tanto sensibilizado con mi tema, he escuchado también el argumento de que hay cada mujer..... que igual se lo merece, que hay mucha petarda.
Y sigo pensando.¿Me habrá puesto el ojo morado porque se me quemaron los garbanzos? ¿O quizás me pateó los riñones cuando estaba con la regla porque se me destiñó el polo rojo y sus calzoncillos salieron de la lavadora con un rosa desvaído?

También he oído que claro, que hay que ver como vamos las mujeres vestidas ,que vamos provocando y luego nos extrañamos que nos violen. Y yo, que apenas salgo de casa, y casi ni me relaciono con mi familia por no provocarle y darle un motivo para otra paliza,estoy pensando que igual si me pongo una minifalda y tacones de aguja consigo que otro bestia me viole y a renglón seguido me mate y éste, no para que no me escape, sino para que no largue. A ver si así descanso de una vez y dejo de oír a obispos reprimidos, beatas trasnochadas y salidos sin argumento y me escapo de una p. vez del puño de este machito, y antes de que vuelva, para que esta vez se quede con las ganas.

Nacido con pene

Siempre me he preguntado de dónde proviene la animadversión que el hombre heterosexual siente por el homosexual. Ni siquiera sé si cada hetero siente su repulsa por motivos distintos. Lo que sí sé ciertamente es que coincidiendo con la liberación de la mujer y su mayor protagonismo en la sociedad, los homosexuales han podido ir saliendo del armario.

Asumiendo que no soy hombre, me voy a permitir especular y tratar de meterme en el pellejo del macho por antonomasia. Y como no puedo llamarle hombre, porque hombres son todos independientemente de preferencias sexuales, le llamaré varón.

La repulsa no es por cuestiones morales, ya que al varón le encanta presenciar e incluso participar, en actos homosexuales entre mujeres. Es más, estas situaciones les excita sobremanera. Pero no las admite en los provistos de pene, y es que el pene, para el varón, sólo puede ser introducido en cualquier orificio, ya sea boca, sexo femenino adulto o infantil , sexo animal, pero nunca en el sexo de uno del mismo género

El varón tiende a despreciar y ridiculizar al homo porque no le entra en sus genitales que uno de su mismo género pueda abjurar de su parte masculina y potenciar su lado femenino, adoptando ademanes, gestos, coqueterías más propios de la mujer. El varón no concibe que alguien que pertenece al género dominante, el depositario de todos los valores sublimados durante siglos como la fuerza, la violencia, la dureza , “decaiga” en valores menospreciados hasta el ridículo, como la ternura, las emociones, la vulnerabilidad y la dependencia de los sentimientos.

El varón cree que su sexualidad está en el pene, es decir en la periferia, cuando en realidad está en el fondo de los sueños de que cada ser humano. El varón cree que renunciando y escondiendo a su parte femenina es más hombre.
Por otra parte, siempre he observado en el varón la inseguridad, a veces miedo sobre su sexualidad masculina, como si en cualquier momento, y sin saber por qué mutación genética inesperada, se pudiera convertir de la noche a la mañana de macho en nenaza. De ahí las bravuconerías, el continuo alarde sobre el tamaño de su miembro, la cantidad de féminas pasadas por la piedra y, una vez más, el desprecio por lo ambiguo. Se encastillan en su virilidad como si de un compartimento estanco se tratara, protegiéndola de cualquier contaminación, que a la postre, les resultará hasta enriquecedora.

Algunos hay que ya han descubierto lo gratificante de adentrarse en el mundo femenino sin perder un ápice de su masculinidad ni poder de seducción ante las mujeres, y tenemos hombres que cuidan su físico con nuestras cremas, que se relajan en baños con sales, se preocupan de la moda y la adoptan, entran en la cocina y no sólo para preparar paellas o hacer barbacoas sino para descubrir ese mundo, sensual donde los haya, y compartir recetas con nosotras.

Algunos, que ya han descubierto que de compartir recetas, se pasa a compartir confidencias y que de confidencias compartidas se pasa a camas mucho más gozosas, dónde el sexo no tiene nombre de dominante ni de dominado, sino sólo el placer de los sueños cumplidos.

Dejemos que cada cual realice sus sueños según su sexualidad le dé a entender. ¿Entiendes?

Ellos en el armario

De todos es sabido que las mujeres somos más desinhibidas que los hombres a la hora de hablar de sentimientos y de intimidades sexuales, sin brabuconerías, sobre todo porque siempre salimos muy bien paradas ; nosotras no tenemos gatillazos y de un tiempo a esta parte, ya no somos frígidas, sino que ellos son los inexpertos. Además nos han enseñado que el hombre siempre está dispuesto cuando se le ofrece un sexo ardiente.

Con estas premisas estábamos mi amiga y yo lamentándonos de lo poco atendidas que nos tienen nuestros chicos con la excusa del trabajo, las tensiones y el cansancio y pensábamos en la conveniencia de organizarles un fin de semana en casita rural con programas para estimular a ejecutivos decaídos.

Y encontramos un lugar, cuya ubicación no pienso revelaros, donde además de baños con burbujas, velas, cava, masajes y comidas afrodisíacas, tenían como actividad estrella un sorteo de parejas cambiadas incluso de sexo; es decir, que lo mismo te podía tocar chico o chica. Si eras chico y te tocaba chico podías coger una cogorza hablando de fútbol o de mujeres , mala suerte según se mire, ya que a veces es mejor una noche de farra con un colega que un mal polvo con una petarda.

Cuando llegó el sorteo a mí me tocó pasar la noche con un señor mayorcito que no prometía ni potencia ni imaginación, y cuando estaba a punto de la desesperación, llega el turno de mi marido y vemos que le ha tocado en suerte pasar la noche con el marido de mi amiga. Nos miramos ambas sin saber si destenillarnos de la risa o consolarles con fingido estupor. ¡Qué venganza tan deliciosa ante tantos meses de abstinencia!. En fin, que se apañen que ya son adultos. O algo así.

El señor mayorcito fue todo un descubrimiento, no solo porque era un habitual de estos sitios y me ofrecía listado de los mejores , sino porque sabía ir al grano sin prisas, echándole una afición hasta entonces para mí desconocida. Y aquello que me hizo, ya lo sé, no solo es afición, sino una sabiduría del placer femenino adquirida en muchos años de buen oficio. Quiero decir con esto, que el cuerpo musculado, en gimnasio diario, de mi chico, no ha conmovido ni una sola fibra del mío,que ha sido creado para ser bien tocado y no para derretirme de admiración ante una escultura

Estando ya en el momento de satisfacción propicio para las confidencias, el mayorcito me propuso espiar a otros clientes. La ventaja de un veterano en el lugar es que ya se conocía el lugar selecto y privadísimo de los voyeurs. Subimos al soberao, levantó una tarima y allí estaba en toda su extensión la panorámica de la cama donde mi marido y el de mi amiga estaban retozando, ahora sí, con una afición y lujuria, que me hizo pensar que ellos también tenían un oficio acumulado en años de mutuo conocimiento.

Chicas al balneario

Es que no falla, toda conversación de chicas acaba con el firme propósito de irnos a un balneario: “Pero sin marido y sin niños, eh”
A eso le llamo yo ganas de huir por un ratito. Y aunque los quieres, y darías la vida por ellos, te tienen hasta el moño. Yo misma parezco un disco rayado repitiendo consignas. Y de la ceca a la meca que con tantas actividades extraescolares , en vez de niños estamos preparando modelos para el Cosmopolitan, sección lo mas IN.
El trabajo, aunque te quita entre 10 y 12 horas diarias, te deja algún huequecillo para la llamada a la madre o a la cuñada por su cumpleaños, además de enterarte de la última película buenísima que ha visto tu compañera o de lo que le ha dicho el pediatra de su niño; esto último te importa tres pepinos, pero se lo perdonas por el dato cinematográfico. El tráfico te quita tiempo , pero te sube la adrenalina. Ese es el momento del día cuando me entran más ganas de matar. Luego me quito la frustración de no haber podido matar realmente a algún cretino conductor en el gimnasio, además ahí me ponen dura.
Las compras de la casa corren de mi cuenta, las compras y la casa entera; banco, profesores del niño, médicos, vacaciones, relaciones sociofamiliares, super, Luego está el apartado personal, pues una tiene que ir a la peluquería , a depilarse, a hacerse la limpieza de cutis, al teatro. leer el periódico y tener entre manos alguna novela. Lo de leer es imprescindible para evitar convertirte en una mary total o casi. Nada de Antonio Gala , con lo que a mi me gusta, sobre todo porque está muy mal visto hoy en día entre las que dicen que no son marys
Y llegado el fin de semana tienes que llevar a los niños a ver una peli de dibujos, que maldita la gracia, a tomar una hamburguesa , y tú ni probarla , y al centro comercial para ver en familia el aparatito técnico que se le ha antojado al papá de los niños y quiere tu opinión, como si tu entendieras. En el fondo lo que quiere es tu complicidad para gastarse 300 € en una inutilidad
Y una, lo que quiere es desaparecer y flotar en una gran bañera y que te masajeen y tener un novio que te lleve a la bahía y que te diga vida mía y que te quite este calor

Placer y química

Pues estoy un poco harta de que me escatimen placeres y tenga que hacer un master diario de química.

Para empezar, ya no puedo saborear un estupendo cocido con el olorcito de sus verduras y su sabor rico, rico gracias al tocino de un estupendo cerdo; eso, que acompañado de un buen tinto y una mejor compañía sería placer de dioses, se convierte en mi mente en tropecientas calorías, cientos de hidratos de carbono, miles de lípidos y no se cuántos glúcidos; éstos dependen del nº de copas ingeridas, y al cabo ese maravilloso tocino acabaría formando parte de mi contorno y eso sí que no, que una puede ser una zorra (astuta) pero nunca una cerda

Para mí siempre ha sido un placer arreglarme y cuidarme, pero es que últimamente la ciencia cosmética avanza que es una barbaridad y no doy abasto con tanto alfahidroxiácidos, ceramidas, liposomas, retinoles,y tengo la sensación de que me estoy perdiendo el último descubrimiento que va a hacer que esté más joven. Así que lo que antes era un placer de olores, texturas y frascos divinos, hoy me crea angustia.

Y es que hasta mi seta se ha contagiado de este afán de conocimiento de laboratorio y además de recomendarme no sé qué aguas minerales por su composición y propiedades, protesta cuando me ve semidesnuda untarme delicadamente el cuerpo con una crema maravillosamente perfumada en la penumbra de la habitación, argumentando que en el ambiente hay suficiente grado de humedad esa mañana como para necesitar más hidratación. Vamos, lo coge su abuelo ,que hubiera matado por poder contemplar a una mujer en semejante trance, y le liga las trompas a la abuela. Pero estos tiempos y él son así

Disfraces del desamor

Está claro que hombres y mujeres nos comportamos de distinta manera cuando ésto del amor no nos va bien,y nos creamos unos argumentos pintorescos para paliar el dolor que supondría enfrentarnos a la situación pura y dura.

Ellas:
1.- Hoy no me ha llamado por la mañana para quedar esta noche: estará ocupado, el pobre tiene mucho lío. Que tampoco llama al mediodía: va a quedar con esa compañera de trabajo rubia teñida y que está anoréxica y que se embute los pantalones con calzador. Que sigue sin llamar: le ha pasado algo, esto no es normal, si no me habría llamado incluso con cualquier excusa, pero me habría avisado
2.- Que no me tira los tejos en una de las dos primeras citas: gay, es gay.
Que me sigue llamando pero sin tejos: tiene una enfermedad de ésas y el pobre no quiere contagiarme, que bueno es
3.- Que consigo llevarlo a la cama y no se le empina: le gusto tanto que se pone nervioso y, claro, con el estrés no funciona
4.- Que empieza a retirarse: ¿Ves?, se está pillando, que ya sabemos que los hombres cuando se enamoran se asustan

Ellos:
1.- Me ha mirado: esta tía se ha quedado conmigo
2.- Ha charlado conmigo amablemente: la tengo en el bote
3.-No responde a mis llamadas: ésta se quiere hacer la interesante
4.- No quiere que la toque: es una estrecha o está con la regla

Con la pequeña diferencia que nosotras ampliamos, voceamos y colocamos en el tablón de anuncios para uso exclusivo de amigas todas estas reflexiones, los unos y las otras jamás vemos la sencilla y cruda realidad : no le intereso, no le gusto, no me quiere. Prou

Romance en Venecia

Dicen de Venecia que es una de las ciudades más románticas del mundo, y a decir verdad , cuando uno llega en el barquito que te trae desde el aeropuerto a través de la laguna y desembarcas en plena Plaza de S. Marcos, sin lugar a dudas una de las plazas más bellas del mundo, también por sus vistas , y contemplas majestuosa en la punta de los dos canales la iglesia de Sta. Maria de la Salud, estás convencida que ése es el lugar idóneo para derretirte de amor. Pero la realidad se impone, y tienes que arrastrar tus maletas a través de calles laberínticas, escaleras de cientos de puentes y sin que el sentido de la orientación te sirva para nada porque siempre te encuentras un canal en medio para echártelo por tierra. Por supuesto olvídate de taxis o algún vehículo con ruedas, y ni se te pase por la imaginación que tu hombre cargue con tus bultos, que el amor no da para tanto y el bolsillo no llega para hospedaros en el Hotel Danieli , el que está justo enfrente del barquito.

Tanta ilusión tenéis que decidís coger los vaporetos en lugar de andar – no hay otra opción-para trasladaros por la ciudad, y ver la mayoría de sus bellezas con tiempo suficiente de retozar debidamente en ciudad tan romántica.

Al segundo viaje en barquito con paradas a un lado y a otro del canal, tú ya te has mareado y os sentáis en una terraza a orillas del Gran Canal, pero el mareo va a más a pesar de pisar tierra porque todo a tu alrededor se mueve, aquello es la hora punta en la Gran Vía pero acuática y, tú tratando de disimular, accedes a continuar el camino a pie y darle gusto a tu chico . Pero cuando estás a la mitad del Puente Rialto, ya no puedes más y vomitas directamente al Gran Canal, mientras rezas que no pase ninguna góndola por abajo.

Al día siguiente, en cambio, decides que tienes mucha ilusión de montarte en góndola. ¿Cómo vais a volver sin la foto en la góndola y sin haber hecho la singladura romántica por excelencia?. Te tomas la biodramina y ya está. Y él, que vaya horterada, que no le apetece, que le da yuyu, ¿es que no ves que parecen ataúdes flotantes con sus caballitos dorados y sus plumeros , y tan negras, negrísimas? ¿Y el precio?, ¡vaya robo!. Y así todo el día, que menuda bronca habéis tenido, hasta que él agotado dice: Vamos a tu góndola que si no me lo vas a estar reprochando toda la vida, y tú, entonces dices muy digna que así no, que si él no va a estar a gusto que no os montáis en góndola y punto, que mejor ir a merendar al Florián , otro recomendación que no puede faltar si vas a Venecia. Claro que cuando llega la cuenta de los cafés , dos copitas y la tarta, por supuesto compartida, te das cuenta que os habéis bebido la góndola con gondolero incluido

Infieles

Nuestra infidelidad no es de canita al aire sino de melena al viento y de vendaval en nuestra vida, porque nosotras nos enamoramos como pardillas. Al principio no queremos, pero es tan mono, si va a ser sólo una ilusión, total, una temporadita de volver a sentirte viva. Y nos pillamos, vaya que si nos pillamos; como colegialas. Y claro que nos sentimos vivas y sufridoras ,porque ¡Cuánto sufrimos!, tanto, que si no lloramos un par de veces al día como mínimo es que ya no estamos enamoradas.

¡Y cuánta sensibilidad a flor de piel! ¡Qué cara de gilipollas!¡Cuánta lencería nueva! ¡Qué manera de depilarnos, que cualquier día nos depilamos hasta las venas!.Y la melena, cuántos cambios no sufrirá nuestra melena, que si más corta o más larga, que si éste color o el otro, que si mechas o sin mechas, que si lisa o rizada. Y todo este proceso con la consiguiente consulta ¿Te gusta más así o de la otra manera? Y por supuesto no hay ropa que nos parezca demasiado cara;¡Cómo va a ser cara si vamos a estar monísimas cuando nos vea llegar! Y, a veces, ese es el tiempo que nos dura la ropa cara puesta; el tiempo de llegar. Con tantos cambios no sé como no se dan cuenta, la verdad.

Y si por mano del diablo nos pillan, rara vez, bien es verdad, nosotras no lo negaremos, pues ya sabemos en carne propia que más duele que nos insulten la inteligencia que la infidelidad. Nunca nos sentimos culpables, los culpables son siempre ellos, como te digo; porque te ven pero no te miran, porque cuando les hablamos no contestan, es más ni te escuchan, porque se les olvidó el cumpleaños, porque hace tiempo que no te sorprenden, y porque hay un placer, de no sé qué especie de pequeña venganza, al soltárselo a la cara.
Y además, a ellos qué les importa, ¿ellos no están atendidos?, ¿no siguen teniendo su cerveza preferida en el frigorífico?,¿no te sigues encargando de los niños, de la casa, de tu trabajo?. ¿Y tú no lo sigues queriendo?. Pues que te dejen vivir tu ilusión en paz, que al fin y al cabo, no haces daño a nadie.
Nosotras ante las necesidades fisiológicas de su pene hemos aprendido, o bien a mirar para otro lado y no hacer caso de sus canitas al aire, o a hacer estupendas felaciones. Y ellos ante nuestras necesidades sentimentales siguen mirándose su pene

La manzana y el pecado

Vaya con la manzanita, anda que no ha traído cola a lo largo de los siglos. De ahí somos unas tentadoras, incitadoras al pecado, arrastramos al hombre al mal, pérfidas, brujas, y no sé cuantos infundios más. Así se escribe la historia.

En realidad, nosotras somos las que hemos quitado animalidad al sexo y les enseñamos la postura del misionero, más íntima y afectiva que la cabalgada por detrás, que está bien, pero además.

Le hemos dado al sexo erotismo, que si por ellos fuera no pasaban del mete-saca.

Inventamos el romanticismo y les descubrimos la puesta de sol. Si, esa cursilada que tanto conmueve a tirios y troyanos

Ellos si pueden follar a discreción con la excusa que su sexualidad se lo pide; o sea que son unos salidos y nosotras las culpables porque les enloquecemos. Y si las mujeres también queremos “salirnos”, argumentan que no es lo mismo porque nosotras nos enamoramos. Es decir, que si le echamos sentimiento a la cosa, pues a la hoguera por putas.

Con la excusa de los acosos y violaciones, las mujeres no hemos tenido libertades, se nos ha encerrado a nosotras en lugar de reconocerse ellos como tarados. Qué gran esperanza la castración química. Y me diréis que esto ha cambiado. Si, bastante, pero todavía tenemos que escuchar cuando hay una muerta de esas que llegan tarde a casa, eso de....si es que no son horas para andar por ahí solas. Y nunca, nunca se plantean que sean ellos los que, a modo de toque de queda , ya que son los agresores, queden encerrados en sus casitas y así poder nosotras vivir la noche con entera libertad. Más aburridas, pero sin correr el riesgo de que nos maten después de la feria volviendo a casa

Se me abren las venas al ver todo el cinismo con el que hemos sido tratadas.

Total, si lo único que hicimos fue recolectar unas manzanas para poder darles de comer cuando volvían sin haber cazado ni un mamut que echarnos a la boca y así nos lo han pagado. En el fondo unas buenazas

Epitafio

“Aquí yaces, fría, como siempre”.

Ay, querido, si supieras. Porque yo estaré aquí, muerta, pero que me quiten lo bailao. Si es que no sabías ni acercarte, ni mirarme, ni tocarme, ni decirme, ni por supuesto hacerme . Menos mal que me di cuenta enseguida y te dejé hacerme poco. Ya sé que dirás que soy mala , pero en mi descargo te diré que soy buenísima, en la cama claro.
Para que te hagas una idea, como en la cocina. Bien que te gustaba mi comida y tú a comer y a callar. Nunca intenté envenenarte a pesar de que tú me envenenabas la vida y menguabas la hacienda con tanto irte de putas.

¿Te acuerdas de aquel amigo tuyo que me traías a casa a comer? Si hombre, ese que estuvo una temporada en Francia y tenía buen pico hasta para comer...me. Ese que hablaba y hacía en francés, cada cosa. Ese que nunca te acompañaba por las noches a ir de .....copas. Mi único apoyo durante años, mi alegría y mi sueño. Tu gran amigo, si, no pongas esa cara, gracias a que lo trajiste a mi vida no te envenené. Fíjate lo que son las cosas. Ese que por desgracia se fue antes que tú y que yo. Ahora entenderás por qué puse en su lápida “Confí de fuá”. Fué lo más exquisito de mi vida.

A José Mercé

¿En qué piensan mientras......? 14/11/04

Ellos no nos conocen , no saben nada de nosotras, justo lo imprescindible para llevarnos a la cama y del resto además ni quieren enterarse.

Y no es que nosotras sepamos mucho más sobre ellos, a mí por ejemplo hace tiempo me asaltan algunas incógnitas, que quedan siempre sin respuesta

¿En qué piensan para no correrse mientras follan y esperan que nosotras terminemos de gozar? ¿Se lo habéis preguntado?. Semejante esfuerzo de imaginación me llena de ternura, sobretodo cuando al hombre se le reconoce bastante poca

Cuando nosotras lloramos siempre es porque él nos ha hecho daño y, ¿si él es el culpable, por qué llora?, las pocas veces que llora, claro. ¿Será de sentimiento de culpa? ¿O porque se siente como un imbécil sin entender porqué le hemos dejado?.

¿Por qué las colas al baño de chicos siempre son un 80% menores que el de chicas?
Se supone que ellos beben más, son mayoría en los bares, y encima no retienen líquidos.
¿Dónde se supone que va tanta cerveza?. ¿Y por qué mientras mean hacen dibujitos?.

Nunca encuentran nada; ni el abrelatas de toda la vida que está en el cajón de los cubiertos, ni el mata mosquitos, ni sus calzoncillos de cuadritos, por poner sencillos ejemplos, claro que estos últimos no están en el cajón de los cubiertos, lo cual complica la cosa .

¿Por qué nunca saben, si les preguntas, si un chico es guapo?¿Es que son ciegos selectivos, o no procesan en su cerebro la belleza masculina? Y¿ por qué cuando ya se han enterado que alguno es guapo, pero guapo de morirse?, siempre, siempre dicen: Es maricón. De ahí le viene lo de tener poca imaginación.

Si alguno respondiera a una sóla de estas preguntas quedaría muy agradecida

Quiero ser lesbiana

Mi primo dice que la columna del lunes me quedó brillante, las demás bien, pero brillante, lo que se dice brillante, la del lunes. Ante mi decepción conmigo misma me alegó que no me preocupara, que sólo Oscar Wilde puede estar brillante siempre. Así que he decidido hacerme lesbiana. No me miréis con esa cara pues es de lógica que si una se relaciona con el mismo sexo no malgasta neuronas en entender al otro, porque una ya se lo sabe. Yo siempre lo he dicho: si yo fuera hombre, no se me escapaba ni una, pero ni una, porque mira que son torpes, con lo sencillo que es. A nosotras con dejarnos hacer lo que nos dé la gana y alegrarnos el oído, tan contentas. Así, hasta perdonamos que se acueste con otra. Total, si a mí me trata como a una reina que más me da que eche una canita al aire de vez en cuando, que él también se alegre la vida. Somos genéticamente perfectas para mirar para otro lado.
Pero ellos nada, ni un piropo, ni un halago, ni un por ahí te pudras. A mí me enseñaron que al hombre se le conquista por el estómago; y yo aprendí a guisar, y a la mujer se la conquista por el oído; todavía no me he encontrado ni uno, pero ni uno, que no confunda oído con oreja y lo que han hecho es comérmela. Bien es verdad que la oreja y otras cosas. Porque si os dais cuenta, a ellos lo que en realidad les gusta es estar todo el día comiendo.
Y ahora, creen que eso de compartir las tareas de la casa significa opinar hasta del color de la cortinas. ¡Por Dios que desgaste! El despliegue de revistas que hay que tener, las de tiendas que hay que visitar hasta convencerles de que las cortinas adecuadas son las que nos gustan a nosotras.
Con las chicas sucede todo lo contrario: quedamos a comer; y enseguida se dan cuenta de que estás estrenando zapatos y te has subido un tono el color del pelo. Con la comida no hay ningún problema; nosotras con cualquier cosita nos apañamos, una ensalada y algo de picar y mejor, así no se engorda. Y en cuánto al tema cortinas, nada que ver, entramos en una tienda y sin decirnos nada, vamos hacia la que tiene que ser.
Y en la cama, todavía no lo sé, pero pienso que mucho achuchón, mucho arrullo, mucha caricia, mucho jadeo, mucho toqueteo y poca chicha. ....
Lo siento por las columnas, pero me voy a la cocina a guisar a ver si mi seta me mete mano.

A ellos nunca les pasa nada

Nunca les pasa nada, y tú notando que te mira de distinta manera, que ya no hace el amor como antes, que te llama menos o que está más esquivo en casa. Y tú preguntas y preguntas y ellos : estás histérica, que susceptible eres, tú ves visiones, te va a venir la regla. Que de tanto mosqueo que tienes, si lo de la regla fuera verdad, estarías chorreando por los pasillos .
Y tú viendo cómo se le alegra el ojo cada vez que aparece esa amiga tuya que a pesar de que está buenísima él dirá que no le pone nada, que no es su tipo o cualquier otro desprecio chorra . Y si es un callo malayo comparado contigo, ni se te pasa por las velas del pensamiento que tu chico se fije en semejante engendro, y a pesar de ello ves el brillo en sus ojos, entonces no te relajes ni te engañes que o es una fiera en la cama o tiene pasta y además hará virguerías con la lengua .
Y te la pegará y lo negará, siempre lo negará. Que por algo la palabra verdad es femenina. Y mientras tú agotándote, viendo como el caño de amor inmenso se convierte en esa gota de grifo de madrugada que más que quitarte la sed te tortura.
¿Y por qué no cerrarán el grifo de una puñetera vez? Total, guardas tu luto una temporadita, y luego a abrir ventanas , corazón , ¿y por qué no piernas?, que una vida estupenda espera ahí fuera.
¿Y por qué no cerramos el grifo nosotras? Esa afición que nos pierde de hablarlo todo y desmenuzarlo. Pero si ellos no entienden la lengua nada más que para colocarla en el botafumeiro y hablar de fútbol.
Ay, el día que callemos a tiempo, guardemos el botafumeiro nada más que intuyamos que el jacobeo se acaba , usemos el kleenex el tiempo que dura un semáforo cerrado y a otra cosa mariposa. Ese día otra parcela de libertad ,y nada vanal, será nuestra

El mando a distancia

El otro órgano masculino, prolongación de su virilidad, es intocable en su presencia, inasible: El mando a distancia; lo vemos pero no lo tocamos. ¿Qué tendrá el mando a distancia que no tenga por ejemplo una lavadora?.

Y puestos a pensar, una lavadora podría ser más interesante para el subconsciente masculino: Está provista de un gran ojo de buey a través del cual se penetra en una cavidad oscura y amplia, que en el momento álgido de su actividad ,vibra y emite sonidos estentóreos. Y además no necesita preámbulos; directamente le echas los polvos y a funcionar. Además te saca los pantalones limpios . A veces funciona en frío y otras en caliente ¿Qué más se le puede pedir?. Pues la lavadora, ni mirarla oye. Ellos no saben manejarla, claro que a nosotras tampoco saben manejarnos, en la mayoría de los casos , al menos

Hablando de manejar, y en descargo de los hombres, yo comprendo que les resulte mucho más fácil el mando a distancia que nosotras. Allí está todo claro y el resultado es inmediato: Sonido alto, sonido bajo o directamente sin sonido . Para ellos, ya podemos hablar con sonido alto o bajo, les es indiferente; directamente no nos escuchan.

Además pueden cambiar de...... canal con sólo mover un dedo, sin tener que dar ningún tipo de explicaciones ni tener compromiso con ninguna.......cadena. Saltar de una a otra sin detenerse a ver exactamente de qué va........el programa. Y eso es todo, no hay nada más que entender, ni pensar, ni hilar. De ahí el éxito fulminante, inmediato que tuvo, tiene el mando a distancia. ¿Será también que el aparato en cuestión contiene la palabra mando removiéndoles en sus instintos recuerdos de un paraíso perdido?.

¿Perdido? ¿No será que mientras nosotras continuamos en la cocina, decidiendo lo que poner de comer al día siguiente, decidiendo la compra que hay que hacer, decidiendo la ropa que los niños llevarán al colegio al dia siguiente; ellos sentados en el sofá deciden el programa o la película que esta noche veremos en la tele?. Después de todo es lo único que pueden decidir.

Vaginas abandonadas

Algunas mujeres somos muy escandalosas; lloramos y gritamos hasta el desmayo en los entierros, en casa, cuando nos sacan de nuestras casillas (ellos y los niños generalmente) chillamos hasta desgañitarnos, en reuniones, y para hacer valer nuestra opinión, levantamos la voz por encima de la media, pero en realidad cuando montamos el número es cuando el marido nos deja y pasamos de ser mujeres a ser simplemente vaginas abandonadas, cargadas de rencor, reproches, sacando a la luz cuentas pendientes de otras épocas ya olvidadas para ellos y nos lanzamos a su yugular empleando argucias, astucias, calumnias y los hijos, si es preciso, con tal de verles hundidos.

Estas muñecas de cartón encerado, con la vanidad herida, ya podrían emplear las energías en buscarse nuevas alegrías a sus partes bajas, que de sus bajezas ya están los juzgados saturados, y es que han descubierto las ventajas que obtienen con las falsas denuncias por malos tratos, olvidándose del perjuicio que, además, ocasionan a los hijos y a las auténticas amenazadas y maltratadas.
Y es que algunas mujeres, sólo algunas, me escandalizan bastante

Castrados

Hay noticias, como la de los cerezos en flor en La Vera, o las campanadas de Fin de Año que se producen cada año y por la misma fecha , y una de ellas es la elección de hembra nueva entre un buen rebaño de ellas por parte de un reyezuelo africano. Que ya me contaréis por qué es noticia. Y es noticia, no para escándalo de varones, sino para que algunos de ellos babeen de envidia imaginándose en el pellejo del reyezuelo. Al menos éste fue el comentario de Julián Salgado, director de España a las 7 de RNE, la de todos los españoles, cuando la periodista terminó de decir su crónica: ”Más de uno sentirá mucha envidia” y se quedó tan fresco

Y digo yo, si es de todos los españoles, ¿ qué noticias me dan cada año para que yo babee ?, pues yo también tengo derecho, oiga.
Yo babearía de gusto si oyera, leyera o viera lo siguiente en cualquier medio: “Como cada año en la explanada de la Mezquita tendrá lugar a primera hora de la mañana el acto público para capar a los 300 violadores habidos en el último año, a continuación se les cortarán ambas manos a los 2.347 maltratadores denunciados durante el mismo periodo. Los 4.994 apéndices serán repartidos entre los asistentes varones para futuro escarmiento. La castración será llevada a cabo por cada una de las víctimas utilizando para ello las magníficas e históricas espadas del siglo II de nuestra era y que se vienen utilizando para este ceremonial desde tiempo inmemorial”.

También se llenaría mi corazón de gozo justiciero si me contaran que, uno, solo uno de esos aviones, cargados con babosos que no saben relacionarse con mujeres de igual a igual y se van a pagar cuatro duros por poder vomitar sus babas sobre los cuerpos infantiles de la miseria, se ha estrellado en mitad del océano, y sus cuerpos sirvieran de sano alimento de tiburones y que en un gesto de justa solidaridad por agravios pasados, sus viudas o familiares dieran la indemnización del seguro para ayuda de las víctimas o para sabotear nuevos aviones cargados con turismo sexual.

Luego dirán que me he pasado